Mi parto fue inducido, por lo que si no pasaba nada antes, ya sabíamos que el Lunes nos internábamos, y así fue. Y claro, el Domingo a la noche empecé a pensar y pensar en las contracciones, el parto, etc., etc.
Durante el curso para padres que dio el hospital yo estaba muy segura de mí misma, pensaba que la epidural no, que el dolor se podía controlar, realmente confiaba en las clases de respiración y en mí autocontrol.
Pero claro, el día antes… ME DIO UN MIEDO! Y le dije a mi marido: “Por las dudas lleva la plata, capaz que me doy la anestesia”. Y bueno, nos internamos a las 7 de la mañana y la beba nació a las 11 de la noche. A las dos de la tarde fue que pedí la anestesia.
Además, el parto terminó siendo por cesárea, porque la cabecita de la beba estaba mal colocada y nunca iba a salir, fue una cesárea de emergencia, así que GRACIAS A DIOS QUE ME DI LA ANESTESIA.
A mi no me gustaba la idea de que te pincharan en la médula… no sé, algo estudié de medicina, y no me entusiasmaba para nada, pero en el momento… ¿qué voy a decir? SE NECESITA CONFIAR. Si se desconfía de todo y todos, se está perdida, porque es un tiempo en donde se está muy vulnerable desde todo punto de vista, y se necesita estar cómoda, a gusto, y sobre todas las cosas: CONFIAR.
El método es bastante incómodo, sobre todo porque una se tiene que doblar, hacer como “lomo de gato”, y esperan a que te venga una contracción para pincharte. En mi caso, GRACIAS A DIOS que me la di antes, porque ya al final mis contracciones eran muy fuertes (el efecto de la inducción), y me hubiera muerto del dolor si encima me tenía que doblar para poder usar la anestesia. Creo que hubiera terminado en una anestesia general.
Cada mujer es única y cada experiencia también. Esto ya es como un slogan, todo el mundo lo dice, pero en lo que respecta a la anestesia epidural, NO PODRÍA SER MÁS CIERTO.
En cierta forma una se conoce, sabe el umbral del dolor que tiene. Si la mujer está segura que no la necesita: excelente! Si duda… creo que sería bueno que considere seriamente la posibilidad. Yo era de las que estaba muy segura al principio y menos mal que al final dudé. De todas formas HAY QUE CONSULTAR CON EL GINECÓLOGO, y conocer antes a los anestesistas si fuera posible.
Durante el curso para padres que dio el hospital yo estaba muy segura de mí misma, pensaba que la epidural no, que el dolor se podía controlar, realmente confiaba en las clases de respiración y en mí autocontrol.
Pero claro, el día antes… ME DIO UN MIEDO! Y le dije a mi marido: “Por las dudas lleva la plata, capaz que me doy la anestesia”. Y bueno, nos internamos a las 7 de la mañana y la beba nació a las 11 de la noche. A las dos de la tarde fue que pedí la anestesia.
Además, el parto terminó siendo por cesárea, porque la cabecita de la beba estaba mal colocada y nunca iba a salir, fue una cesárea de emergencia, así que GRACIAS A DIOS QUE ME DI LA ANESTESIA.
A mi no me gustaba la idea de que te pincharan en la médula… no sé, algo estudié de medicina, y no me entusiasmaba para nada, pero en el momento… ¿qué voy a decir? SE NECESITA CONFIAR. Si se desconfía de todo y todos, se está perdida, porque es un tiempo en donde se está muy vulnerable desde todo punto de vista, y se necesita estar cómoda, a gusto, y sobre todas las cosas: CONFIAR.
El método es bastante incómodo, sobre todo porque una se tiene que doblar, hacer como “lomo de gato”, y esperan a que te venga una contracción para pincharte. En mi caso, GRACIAS A DIOS que me la di antes, porque ya al final mis contracciones eran muy fuertes (el efecto de la inducción), y me hubiera muerto del dolor si encima me tenía que doblar para poder usar la anestesia. Creo que hubiera terminado en una anestesia general.
Cada mujer es única y cada experiencia también. Esto ya es como un slogan, todo el mundo lo dice, pero en lo que respecta a la anestesia epidural, NO PODRÍA SER MÁS CIERTO.
En cierta forma una se conoce, sabe el umbral del dolor que tiene. Si la mujer está segura que no la necesita: excelente! Si duda… creo que sería bueno que considere seriamente la posibilidad. Yo era de las que estaba muy segura al principio y menos mal que al final dudé. De todas formas HAY QUE CONSULTAR CON EL GINECÓLOGO, y conocer antes a los anestesistas si fuera posible.
0 comentarios on "Epidural sí, epidural no… mi experiencia"
Publicar un comentario