En las últimas décadas las
mujeres hemos ido ganando espacios, se han reconocido nuestros derechos, y hemos
luchado por mantenerlos. Uno de estos ámbitos es en el área de la maternidad.
Espacio tan nuestro como pueda ser, y que sin embargo, parece que las mujeres
tenemos la última palabra. Durante años diferentes organizaciones y personas a
nivel mundial han “levantado la voz” reclamando nuestros derechos como mujeres
y madres, devolviendo el poder a quienes lo tuvimos desde el principio: las
mamás.
En el embarazo…
En el año 2007 el
Ministerio de Salud Pública (MSP) publicó las “Guías en Salud Sexual y
Reproductiva”, dentro de las que se encuentran las “Normas de Atención de la Mujer
Embarazada”. Aquí se estipulan los procedimientos a realizarse en todas las
maternidades del Uruguay. Esta normativa tiene un enfoque integral de la salud
de la mujer, es decir que no toma en cuenta únicamente aspectos biológicos de
la embarazada, sino que considera los aspectos emocionales y el vínculo con los
centros de salud. Pretende cuidar el embarazo en la díada mamá-bebé, detectando
de forma precoz posibles complicaciones. En esta línea se estipula un mínimo de
citas prenatales con el médico, así como baterías de exámenes de laboratorio.
Se ha logrado obtener precios diferenciales en estos exámenes para que toda
mamá tenga acceso a un buen cuidado médico de su embarazo.
En el parto…
En lo que refiere al
trabajo de parto y parto, diferentes organizaciones y movimientos populares han
logrado grandes cambios en las formas de “parir”. Hace pocos años, las mujeres
daban a luz de forma horizontal, solas, y se las separaba de sus hijos apenas
nacían. En la actualidad existen otras opciones. Se ha descubierto que las
posiciones verticales son las más indicadas para parir, por lo que se anima a
la madre a que se mantenga activa durante el trabajo de parto, ya sea caminando
o practicando diferentes posiciones de comodidad. Algunas maternidades en
nuestro país han adquirido tecnología que facilita las diferentes posiciones,
como son camas articuladas, donde la mamá puede parir en cuclillas. También se
pueden solicitar pelotas de parto, que son pelotas de diámetros grandes, como
las que se utilizan para practicar Pilates. Este accesorio es de gran ayuda en
el alivio de las molestias provocadas por las contracciones.
Otro avance importante es la
eliminación de practicas de rutinas médicas que se realizaban en el trabajo de
parto, como ser el rasurado, el enema y la episiotomía, entre otros. Hoy en día
estás intervenciones se realizan solo en caso de ser necesario. Dentro de las
“Guías en Salud Sexual y Reproductiva” encontramos también las “Normas de
Atención a la Mujer en el Proceso de Parto y Puerperio”, que detallan una por
una las diferentes intervenciones y cuando son necesarias, descartando por
completo su utilización de forma rutinaria.
Respecto al acompañamiento
en el trabajo de parto y parto, en el año 2001 se promulga la Ley 17.386, la
cual establece el derecho de la mujer de estar acompañada durante este proceso:
“Toda mujer durante el tiempo que dura el
trabajo de parto, incluyendo el momento mismo del nacimiento, tendrá derecho
a estar acompañada de una persona de su confianza o en su defecto, a su
libre elección de una especialmente entrenada para darle apoyo emocional”.
Esta ley marca un una
nueva mirada del gobierno hacia el embarazo y el parto. Plasma el cambio de
paradigma a nivel social, donde se reconoce la importancia de la humanización
del parto y la consideración de los derechos humanos, en especial, los derechos
sexuales y reproductivos de la mujer. A través de esta Ley y de las Normas de
Atención, se comienza a reconocer la importancia de la salud emocional, y el
apoyo social hacia las mujeres y sus familias.
Diversas investigaciones
demuestran que si la mujer se siente contenida, apoyada y acompañada durante el
trabajo de parto, esto lleva a niveles superiores de satisfacción, reduciendo
los tiempos del parto, las intervenciones médicas y las patologías psicológicas
del puerperio.
Desde el año 2005 existe
la formación académica de “Doulas” en nuestro país. Las Doulas son personas
capacitadas para el acompañamiento de la mujer embarazada y su referente
afectivo, durante el trabajo de parto y parto. Es un acompañamiento físico y
emocional. Físico en tanto ayuda a aliviar las molestias de las contracciones a
través de medidas de comodidad (masajes, practicar diferentes posiciones, etc.)
y emocional, en tanto brinda apoyo afectivo de forma permanente. Entiendo que
la presencia de este nuevo rol en nuestro país se encuentra dentro de los
grandes avances de los últimos años.
El fácil acceso a la
información es otro progreso de la actualidad. La presencia de Internet, gran
variedad de libros y organizaciones especializadas en el tema le dan la
oportunidad a la mujer de estar muy informada y preparada para todo el proceso.
El conocimiento, la posibilidad de “saber” trae consigo el “empoderamiento”, es
decir, si yo sé, conozco mis opciones, conozco los riesgos y los beneficios, y
puedo elegir con propiedad. Las decisiones dejaron de estar a cargo de los
profesionales, y las mujeres comenzamos a reclamar, pedir, y finalmente
decidir.
Algunos autores proponen
que la analgesia, es decir, la posibilidad de darse analgésicos en el trabajo
de parto para no sentir las molestias del dolor, es otro de los avances de
estos tiempos. Este es un tema discutido, ya que existen otros autores que no
están de acuerdo con esta opción. Como opinión personal, entiendo que la
analgesia es un avance solo cuando es una intervención necesaria. El uso
rutinario de la analgesia, o su uso sin brindar información completa a la
mujer, no es un avance, sino que sigue la línea de no respetar nuestros
derechos de elección. La posibilidad de elegir siempre debe ser respetada,
brindando a la mujer toda la información, que incluya pros y contras, para
tomar una decisión conciente.
En conclusión, se ha
comenzado a vivir una revolución en el área de la maternidad. Las mujeres hemos
comenzado a reclamar nuestros derechos, obteniendo resultados importantes a
nivel social. El cuidado prenatal, universal y homogéneo para todas las mujeres
del país es uno de los derechos obtenidos para el embarazo. En lo que refiere
al trabajo de parto y parto, se está logrando volver a las formas de parir
naturales, respetando la intimidad y acompañando a la mujer en todo el proceso,
teniendo una Ley que nos ampara. Se han descartado las intervenciones de rutina
que resultaban tan molestas y perjudiciales. Asimismo, la posibilidad de
formarse y prepararse para el parto es otro derecho adquirido, fundamental para
la toma de decisiones conciente. Queda un gran camino por recorrer, donde las
mujeres tendremos que plantarnos firme en nuestros derechos y deseos, para seguir
disfrutando plenamente de nuestra maternidad.
DERECHOS DE LA MUJER EMBARAZADA
1. La mujer embarazada tiene derecho a ser informada sobre la sexualidad durante el proceso de gestación.
2. La mujer embarazada tiene derecho a disfrutar de las relaciones sexuales. El embarazo no es una enfermedad.
3. La mujer embarazada debe estar informada sobre los efectos secundarios que pueden tener los medicamentos o la aplicación de determinadas tecnologías actuando directamente sobre el feto. No se ha probado la inocuidad de ninguna droga para el feto antes de nacer.
4. Toda embarazada tiene derecho a un parto natural, y a negarse a intervenciones innecesarias, como rasurado, enema, rotura de membranas, episiotomía rutinaria, que alteran su normal desarrollo.
5. La mujer embarazada tiene derecho a saber con anticipación si va a requerir una cesárea, los motivos de su indicación y los riesgos que puedan existir para ella y su bebé.
6. La mujer embarazada tiene derecho a ser informada sobre el nombre y marca de la medicación que va a recibir a efectos de informar al profesional si es alérgica a la misma.
7. Tiene el derecho a determinar por sí misma si acepta o rechaza cualquier tratamiento asumiendo los riesgos.
8. “Toda mujer durante el tiempo que dura el trabajo de parto, incluyendo el momento mismo del nacimiento, tendrá derecho a estar acompañada de una persona de su confianza o en su defecto, a su libre elección de una especialmente entrenada para darle apoyo emocional”. Ley 17.386
9. La mujer embarazada tiene derecho a escoger la posición en el trabajo de parto y en el momento de nacimiento, que le resulte más apropiado y menos tensionante.
10. Tiene derecho al contacto inmediato con su bebé (si el mismo está en buen estado de salud) en su cama, y amamantando según sus necesidades independientemente de las normas institucionales.
11. Tiene derecho después del parto a ser informada sobre su estado de salud y el de su hijo/a recibiendo información clara en caso de cuidados especiales que pudiera requerir antes de retirarse de la maternidad.
12. Tiene derecho de disponer de la Historia Clínica.
13. Tiene derecho a recibir información sobre su salud sexual y reproductiva que favorezca en el ejercicio de una sexualidad plena, incluyendo información sobre anticoncepción y los servicios privados y públicos que los brindan.
14. Tiene derecho a recibir un trato digno y respetuoso del personal de salud.
15. Tiene derecho a ser escuchada y atendida en sus apreciaciones y sentimientos, respetándola en su intimidad y privacidad.
Claudia López
Licenciada en Psicología
Educadora de Parto Lamaze
(LCCE)
Consultora Internacional
de Lactancia Materna (IBCLC)
www.nacemama.com
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